Capone (2020)

Tras un discreto rodaje y una inexistente promoción para finalmente ser estrenado directamente en VOD. Después de la sorprendente Crónica, los equivocados Cuatro Fantásticos y la abandonada Boba Fett, ¿qué es esta oscura biografía del nuevo creativo americano más inmanejable?

Alérgico a los gruñidos de Tom Hardy, no te castigues de nuevo, ya que los pocos diálogos reales del héroe del título encajan en un post-it.

Así, el actor británico sigue refunfuñando a través de un poderoso maquillaje donde, calvo, con los ojos inyectados en sangre y la piel masacrada, deambula por toda la película, con un aspecto cansado y demacrado.

Una actuación interesante, Hardy estando como siempre habitado, pero que muchos podrían encontrar incompleta y repetitiva. Tampoco esperes ver los buenos tiempos del gángster más famoso, ni siquiera una verdadera intriga policial o un remake de Los Intocables.

Capone comienza a sufrir de demencia

Trank se interesa por los últimos días de un hombre carcomido por la sífilis, los arrepentimientos y los recuerdos peligrosos, filmando lo más cerca posible un trapo senil que ya no puede alinear dos palabras, se caga en sí mismo y sueña constantemente despierto.

El repugnante retrato del hombre apodado “Scarface” es un éxito, pero también es el principal defecto de la película: no dice mucho. Aparte de algunas alucinaciones bien orquestadas, una dirección hipnótica y un reparto de cuatro estrellas que incluye también a Linda Cardellini, Matt Dillon y Kyle MacLachlan.