El fotógrafo del pánico (Peeping Tom)

Mark trabaja en un estudio de cine de día y toma fotos eróticas por su cuenta. Atormentado por una infancia traumática en la que su padre científico filmaba sus reacciones de miedo como experimentos.

Mark ahora asesina mujeres con una cámara equipada con una cuchilla oculta, filmando sus rostros moribundos como parte de un retorcido documental.

Se hace amigo de su inquilina Helen, pero lucha con sus compulsiones violentas, prometiéndole a la madre ciega de ella que no le hará daño a Helen. A medida que la policía se acerca, Helen descubre las películas secretas de Mark y se horroriza.

Mark explica su obsesión por capturar el miedo en pantalla, revelando que obliga a las víctimas a ver sus propias muertes en un espejo montado en su cámara. Con la policía en su puerta, Mark filma su propio suicidio, proporcionando la escena final de su proyecto horripilante de toda la vida.