La biblioteca de los libros rechazados

Al menos la literatura debe estar “bien escrita”, mejor que un ensayo filosófico, lo que no es difícil. Bien escrito, no por amor al arte por el arte y por la veneración de la estética, sino simplemente porque el estilo bello por sí solo permite el humor que por sí solo hace la vida más que soportable.

Fabrice Luchini, en su mejor momento de forma porque está detrás de su habitual exuberancia, es uno de nuestros últimos compatriotas en expresarse en francés. Y la maravillosa Camille Cottin no tiene nada que envidiarle en el arte de la distancia y el segundo grado. Una delicia.

Entre el drama y la literatura

La película retrata el mundo de la edición, sin complacencia, sin mezquindad tampoco. El guión retoma el tema de La carta robada de Edgar Poe invirtiéndolo, no diré por qué evitar revelar el final. La dirección de los actores es excelente, y todos los papeles secundarios están en su lugar.

El director Rémi Bezançon dirige una edición animada: nunca te aburrirás cuando la discusión sea delgada. Luchini prescinde de sus parodias habituales, aunque ya sean formidables: sólo el estilo muy imitable de Marguerite Duras tiene derecho a ellas, y es morir de risa….