La (des)educacion de Cameron Post

Varias cosas me cuestionan en esta película y la primera, la más importante, es “pero ¿qué demonios quería transmitir el director como mensaje? ». ¿Que ir a cajas pequeñas no es bueno? ¿Que no vamos en contra de la naturaleza de las cosas? ¿Qué tan difícil es ser adolescente?.

No lo sé. No lo sé. Estoy un poco confundido. Perplejo porque, sin ser una mierda cinematográfica, esta película sigue siendo muy shot-plan, sin ambición y sin sorpresa. Si la realización es correcta, es sin embargo ultra clásica en déjà vu y revisada (una toma amplia en inmersión para acentuar la soledad, una toma muy apretada para significar confinamiento, jabalí….).

De hecho, lo frustrante es que estamos esperando desesperadamente que algo suceda. Nos preguntamos cuándo llegará la escena que hará que todo tenga sentido, que la película despegue. Y eso no sucede. Todo se mantiene a un ritmo muy lento, sin pasión.

No obstante, observaremos a una Chloë Moretz más que convincente que, a los 21 años, interpreta a la perfección al adolescente de 15 años. Los otros actores no pueden ser superados, pero todo esto carece de personajes burlescos, de colores y de lágrimas de pasión.

Adolescencia y sentimientos

La adolescencia es una pasión que te quema las alas, que te devora por dentro. Estas son las primeras historias de amor que desgarran tu corazón hasta el punto de impedirte respirar o dormir. También es la primera experiencia sexual, torpe, poderosa, cuando esperas lo peor y finalmente está bien.

Descubres tu cuerpo, el de los demás…. La adolescencia es la construcción de un ser en un tornado de sentimientos contradictorios y cuando te pones del lado de una realización minimalista para representarlo, necesitas personajes profundos y profundos, quizás incluso atormentados. Esto dista mucho de ser así en este caso.