Nathan’s Kingdom

De niño, Lince fue diagnosticado con un autismo de alto funcionamiento, una condición que dificulta la capacidad de comunicación. Desarrolló un talento en la actuación y se convirtió en parte de un programa llamado Performing Arts Studio West, que provee entrenamiento para personas con discapacidades de desarrollo.

“Literalmente fui allí, me presenté y llegué a saber realmente de qué se trata”, dijo el escritor y director de la película, Olicer J. Muñoz. “Ahí es donde Jacob y yo nos descubrimos el uno al otro”, dijo. Lince ha enfrentado desafíos, pero ninguno tan severo como los del personaje de la película.

“Es un ser humano muy complejo”, dijo Lince sobre Nathan, que lucha contra demonios imaginarios, encarnados a través de efectos visuales gráficos. “Ha pasado por muchas cosas en su vida, y ha tenido esta idea en su cabeza desde muy joven sobre ‘el reino'”, dijo Lince, “donde siente que puede estar a salvo, y donde puede escapar de toda la oscuridad que hay fuera y dentro de él”.

El personaje lleva a su reacia hermana, Laura, interpretada por Madison Ford, en su búsqueda del mítico reino. Laura es la cuidadora de Nathan que lucha contra un demonio propio: la adicción a los opiáceos. Juntos, se embarcan en un viaje por carretera a través del desierto de Mojave.

Un actor de 24 años que tiene autismo

Ford dijo que Lince es tranquilo y optimista, a diferencia del personaje de la historia. “Filmar esto fue una aventura en sí misma”, dijo, “y fue genial tener un compañero de aventuras allí conmigo”, dijo. “Jacob es divertido, pero también se toma en serio su trabajo (de actor)”, añadió.

La película fue un trabajo de amor para Muñoz, que tuvo problemas para conseguir financiación. Dijo que a los estudios les gustaba la historia, pero ninguno ofrecía financiación. Por lo tanto, recaudó los fondos él mismo con sus productores.