La misión (The Mission)

“Porque, la preocupación de que ya los españoles y los portugueses con todas sus tropas empiezan a apoderarse del pueblo de San Miguel, al que se acercaron el día 3 de este mes de mayo, adivina el estado deplorable en que nos encontramos y encomiéndanos a Dios.

Estamos ante el Señor consagrado, esperando nuestra destrucción total, en la que todos encontraremos la muerte, incluso nuestras pequeñas criaturas y tal vez incluso la muerte de los padres de nuestras almas! ¡Ah, resistiremos sin rendirnos!”

Desde Ignacio de Loyola, los jesuitas han lanzado estas misiones por todo el mundo, a menudo con destinos trágicos cuando se han enfrentado a poderes temporales y políticos.

Porque esta película es sobre todo una demostración de la incompatibilidad de las decisiones tomadas por los grandes decisores mundiales (aquí el Tratado de Tordesillas) con la realidad vivida sobre el terreno por los ejecutores.

Una misión en lo alto de las montañas de Brasil

Con espléndidas imágenes y fuertes personajes de este mercenario, este padre jesuita y este enviado del Papa interpretados por grandes actores, Joffé dirige su obra maestra.

…un enviado que, en su carta al Papa, concluye la película: “Y así, Santidad… sus sacerdotes están muertos… y yo estoy vivo. Pero la verdad es que estoy muerto… mientras ellos están vivos. Porque siempre es así, Su Santidad. El espíritu de los muertos sigue viviendo… en la memoria de los vivos”.